¿Sobrevivir o divertirse?
Prioridades en el manejo del dinero.
Por Rafael Ayala
El dinero es un recurso escaso,
jamás tenemos suficiente para todo lo que deseamos, y en algunas ocasiones,
tristemente, para cubrir las necesidades básicas. Es absurdo, irresponsable y
casi pecaminoso que padres de familia que no cuentan con los recursos
necesarios para suplir los requerimientos elementales de su familia gasten sus
pocos ingresos en diversiones y lujos. Si en casa no alcanza el dinero para
comprar medicinas es imposible concebir que se utilice en ir al cine, al circo
o a un parque de diversiones privado. Entiendo que las personas, incluyendo
aquéllas que lamentablemente viven en condiciones extremas de pobreza, tenemos
derecho a divertirnos, a tener tiempos de esparcimiento y con mayor razón si se
realizan con nuestros seres queridos. Sin embargo, hacerlo a expensas de
sacrificar necesidades de sobrevivencia de los miembros de nuestra familia, me
parece incorrecto. Cuando el dinero no alcanza las diversiones se reducen o se
limitan a aquéllas que impliquen poca inversión económica. Primero están la
alimentación, la salud, el vestido, la educación y el techo. Actuar de manera
contraria puede ser catalogado como un acto no sólo imprudente, sino sumamente
irresponsable. Considero que para comprender este planteamiento no se requiere
tener una licenciatura o una maestría en administración en Harvard.
No hago esta reflexión pensando
en algún familiar o amigo que esté actuando con base en estas prioridades
tergiversadas; de hecho ni siquiera identifico algún padre o madre de familia
en particular, aunque no dudo que los haya. Reflexiono movido por las
decisiones que algunos gobernantes toman respecto al manejo e inversión (o
gasto) de los recursos propiedad de los ciudadanos que les hemos permitido
ejercer su puesto. En específico, aunque no exclusivamente, me refiero a la
administración del presupuesto del Estado de Puebla, en México.
Esta bella entidad mexicana,
según los datos del Consejo Nacional de Evolución de la Política de Desarrollo
Social (CONEVAL), ocupaba en el año 2010 el quinto lugar entre los Estados con
mayor pobreza en México. Según datos de la misma organización Puebla alberga
2.6 millones de habitantes en pobreza de acuerdo a los parámetros oficiales, refiriéndose
a pobreza extrema y moderada. Esta cifra significa que el 46% de su población
carece de servicios y recursos elementales para vivir. Muchas de sus zonas
rurales, e incluso algunas urbanas, no tienen infraestructura fundamental como
agua potable, drenaje, electricidad, vivienda y por supuesto, buenos servicios
de salud y educación. Entiendo que el reto de la erradicación de la pobreza es
descomunal y que los recursos son limitados; también reconozco que en el 2005
Puebla estaba en el cuarto lugar en la penosa lista de carestías y actualmente
descendió al quinto.
Mi cuestionamiento surge a raíz
de la decisión del Gobierno del Estado de comprar y colocar en la capital del
mismo la rueda de la fortuna transportable más grande de Latinoamérica. El
costo del juego mecánico, según una publicación de la agencia noticiosa Reporte
Índigo, fue de 200 millones de pesos y el total de presupuesto asignado para la
compra, instalación y adecuación de la zona, es de 400 millones. El argumento
central a favor de dicha inversión se basa en afirmar que atraerá más turismo,
y con ello recursos, a la capital de Puebla; e incluso, este mecanismo de
diversión se planea trasladar e instalar eventualmente en otras poblaciones del
Estado. Si estas afirmaciones son ciertas y generarán riqueza superior a los
cientos de millones invertidos; y dichos montos se destinarán a generar
infraestructura básica para las zonas necesitadas del Estado, las prioridades
del Gobierno son correctas y mis análisis y conclusiones una verdadera tontería
basada en falta de visión de mi parte. Sin embargo tengo unas cuantas preguntas
que me hago y que deseo compartir con ustedes:
1.
¿Será que el deseo de subirse a
una rueda de la fortuna enorme sea un factor decisivo para que el turismo
nacional e internacional decida vacacionar en Puebla?
2.
¿No es el sentido colonial y
mexicano, su historia y la riqueza gastronómica lo que hace que Puebla sea un
centro de atracción de turistas?, ¿fortalece el juego mecánico este aspecto?
3.
¿Son acaso el London Eye (rueda
de la fortuna de Londres), o la rueda de la fortuna de la Plaza de la Concordia
en París, la razón por la que esas ciudades son visitadas por millones de
turistas?, ¿no será más bien que los paseantes eligen estos destinos por sus
referencias históricas, museos, contexto urbanístico, gastronomía y
arquitectura?
4.
¿No es más adecuado colocar
juegos mecánicos en destinos donde la gente asiste buscando parques de
diversiones excelsos como Six Flags, Disney y Sea World y esto a través de
inversiones privadas?
5.
¿Habrá realizado el Gobierno del
Estado un estudio de mercado en el que los resultados le mostraron que una
rueda de la fortuna en Puebla hará que los turistas decidan visitar esta ciudad
en lugar de Cancún?, ¿o para ser más justos, en lugar de Oaxaca, Morelia, San
Miguel Allende o Querétaro?
6.
¿Se tomó esta decisión
considerando la opinión de los ciudadanos a los que los gobernantes representan
o solamente fue idea de uno de ellos o de alguno de sus asesores?
7.
Si los administradores públicos
en cuestión, o sus familiares cercanos, vivieran en carne propia las carencias
que afrontan diariamente 2.6 millones de las personas que representan, ¿invertirían
estos recursos en una rueda de la fortuna?
8.
¿De que se perdería la población
poblana si no se hubiera montado el monumental juego mecánico y cuáles serían
las consecuencia si ese capital se hubiera invertido en caminos, drenaje, agua
potable, educación productiva o servicios de salud en una, dos o tres de las
poblaciones en pobreza extrema?
9.
¿O será que las personas a cargo
del manejo de las inversiones no tienen las prioridades correctas y se les
olvida que cuando en una casa hay hambre y enfermedad, y el dinero es limitado,
los recursos deberían emplearse para resolver los males?
Espero estar equivocado y que mis
conclusiones sean erróneas, sin embargo el sentido común parece mostrarme lo
contrario. Usted, ¿qué opina?
Estoy totalmente de acuerdo contigo,no necesitas tener una maestría, para ejercer tu sentido común y darte cuenta que eso de la rueda de la fortuna es una barrabasada.
ResponderEliminarLo peor es que al poblano parece no importarle mucho o no al menos a toda la población; si todos hubiésemos actuado como los padres del centro escolar que se opusieron rotundamente a que se colocara dicho artefacto dentro de la zona escolar, quizá no se hubiera realizado esta vana inversión. Pero como el hubiera no existe... será mejor ponernos a estudiar el como hacer para no permitir que suceda otra vez lo mismo.
Cierto Erika, al menos aprendamos. Saludos y gracias por comentar.
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